¿Cómo se tratan los miomas uterinos?

Restaurador Corporal

Miomas Uterinos

SEGÚN LA MEDICINA CONVENCIONAL

De acuerdo con la Medicina Convencional, los miomas uterinos (fibromas) son los tumores benignos más comunes en las mujeres, pueden ser únicos o múltiples y su tamaño varía desde unos pocos milímetros hasta =30 cm.

Son una mezcla de células de músculo liso y fibroblastos que forma tumores duros, redondos, insertados en el miometrio.

Se desconoce cuál es la fisiopatología, el sitio más común para los miomas es el útero; la localización puede influir en los síntomas y la calidad de vida, por ejemplo, los miomas submucosos pueden provocar menorragia y problemas de fertilidad mientras que los grandes pueden ocupar dos o más ubicaciones y extenderse desde la cavidad endometrial hasta a la superficie serosa.

Los miomas son raros en las niñas antes de la menarquia y experimentan su regresión después de la menopausia.

Un estudio retrospectivo de 122 mujeres premenopáusicas que tenían al menos 2 ecografías transvaginales previas con un intervalo promedio >2 años informó que los miomas tienden a crecer un 35% de su volumen por año, y que los miomas pequeños (<2 cm) o los miomas intramurales crecen más rápidamente, aunque en forma variable.

Los miomas suelen ser asintomáticos, sin embargo, cuando hay síntomas, los más típicos son los trastornos menstruales, la menorragia y los síntomas opresivos, los que pueden tener un efecto negativo en la calidad de vida.

La incidencia de los síntomas depende de la población estudiada, aunque una revisión sistemática reciente sugiere que los síntomas más comunes son los trastornos menstruales y el dolor pélvico.

Por lo general, los síntomas requieren tratamiento, el tamaño de los miomas no determina necesariamente los síntomas.

Los miomas son comunes, y con la amplia disponibilidad de la ecografía de alta resolución son de fácil diagnóstico.

En las mujeres que consultan en atención primaria por síntomas sugestivos de mioma se debe evaluar la historia ginecológica, incluyendo el cribado cervical, y se debe hacer el examen de la pelvis para detectar tumoraciones, medir la hemoglobina para descartar la anemia ferropénica y, si hay síntomas urinarios, hacer un urocultivo para detectar una infección del tracto urinario.

Los miomas uterinos están presentes en el 20-50% de las mujeres en edad de procrear.

El tratamiento de una mujer afectada por un mioma y que al mismo tiempo experimenta un deseo de embarazo es un motivo de controversia.

Se ha comunicado que el 5-10% de los casos de infertilidad previa a la atención médica se asocia a la presencia de miomas uterinos.

Éstos son considerados como el único factor de infertilidad en el 1-3% de los casos.

La fisiopatología de la génesis del mioma uterino no está totalmente dilucidada; se considera que responde a un proceso multifactorial.

Se distinguen tres grupos de miomas: subserosos, intersticiales y submucosos.

La ecografía y la resonancia magnética (RM) son las pruebas de imagen diagnósticas que producen mejores resultados.

 SEGÚN LA CORRIENTE DE LAS EMOCIONES

De acuerdo con la medicina Germánica® desarrollada por el Dr. Hamer. (Hamer, Edición 1995) y en el Método de la BioNeuroEmoción® desarrollado por Enric Corbera Institute: un mioma uterino es un tumor no canceroso que crece en el tejido muscular del útero.

Se compone de tejido conjuntivo y fibras musculares lisas: el músculo liso es el que tiene una función pasiva, porque está regulado por el sistema neurovegetativo (involuntario), la musculatura uterina está constituida por músculo liso.

Todo el músculo liso del cuerpo se controla desde una zona que llamamos mesencéfalo, que es de transición entre el tronco cerebral y la sustancia blanca.

En esta sintomatología se nos manifiesta un ambiente emocional que combina varios aspectos; tiene que ver con un tipo de desvalorización reproductiva, el ambiente emocional que se refleja en el músculo del útero se relaciona con impotencia en una situación en la que se es pasivo, con situaciones de desvalorización por no poder o no querer tener un hijo.

El tejido del músculo liso trabaja como endodermo y se refuerza en la fase activa (aumenta su función en la fase activa), que es cuando se forma el mioma (se hipertrofia el músculo liso).

El Sentido Biológico se encuentra en la fase de reparación: el mioma crece en esta fase de manera que actúa como barrera para un embarazo.

Poner piedras en la matriz para evitar quedarse embarazada.

El mioma, persiste y se hace un fibromioma porque el sentido biológico es reforzar la pared para no perder al bebé, para no permitir que salga, no abortarlo, no perderlo o ocupar el espacio para que no se forme.

TRATAMIENTO DE LOS MIOMAS

Tratamiento Miomas Uterinos

MEDICINA CONVENCIONAL

De acuerdo con la medicina convencional, en muchas ocasiones, el tratamiento puede no ser necesario, por ejemplo, cuando no hay síntomas o cuando éstos son leves.

En casos de molestias o dolor el médico puede recomendar los medicamentos adecuados y de ser crónico la cirugía.

Hay medicamentos que pueden recetarse para el tratamiento de menstruaciones abundantes, pero pueden no ser efectivos si los miomas son muy grandes.

Estos medicamentos son: levonorgestrel intrauterino, ácido tranexámico, medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno y ácido mefenámico, píldora anticonceptiva.

La cirugía puede ser una opción si los síntomas relacionados por los miomas son bastante graves y cuando todas las formas de medicación han sido ineficaces.

Los procedimientos quirúrgicos que se utilizan para el tratamiento de los miomas son: histerectomía, miomectomía, ablación endometrial, embolización de la arteria uterina.

Existen dos nuevos tratamientos para los miomas en los que se utiliza la resonancia magnética.

Estos nuevos tratamientos son: IRM percutánea guiada por láser de ablación,  IRM transcutánea centrada guiada por ultrasonido.

 BIONEUROEMOCION®

De acuerdo con las corrientes emocionales como la BioNeuroEmoción®: «Cuando ya se llama fibroma o fibromioma, es cuando es cicatricial, cuando ya tiene una cápsula fibrosa, ya es un tejido antiguo que cicatrizó, es decir, cuando el conflicto ya está resuelto” (Hamer. Edición 2015).

La búsqueda de la causa del mioma se hará en la edad cronológica y en el Transgeneracional en historias de gestación: embarazos no deseados, por violación, o fuera del matrimonio, también muertes en el momento del parto, abortos clandestinos, bebés con discapacidad o malformaciones o madres que mueren dando a luz.

Situaciones por las cuales nuestro inconsciente nos indique que tener hijos es peligroso.

También se concentrará en encontrar conflictos de una mujer que siente que el hombre con el que está no puede o no debe ser el padre de sus hijos, sobre todo después de una separación o un aborto.

El alimento perjudicial para el útero son sentimientos que desvalorizan la energía femenina de creación, maternidad y fertilidad.

Existen dos sentimientos principales, que generan el cuadro de aparición de este tumor benigno: desvalorización como mujer y abuso, que se reflejan en todas sus facetas como mujer mamífera.

Si la mujer ha vivido en un ambiente en el que su madre, abuela, hermanas, tías o incluso amigas cercanas no tienen una autoestima elevada, la mujer resuena con lo que ha convivido, por eso, posee un porcentaje elevado de posibilidades de heredar un cuadro emocional negativo similar al de las mujeres de su entorno.

Durante la infancia e inicio de la adolescencia, las niñas alimentan un enorme deseo de crecer, ser mujeres adultas como sus madres para tener una vida libre y formar su propia familia.

Por ello observan e imitan actitudes, intentando engañar al tiempo y crecer más rápido; en esta fase de sus vidas, en la mayoría de los casos no existe la presión o preocupación de agradar a alguien, de estar a la altura, solo de crecer y convertirse en una mujer plena.

Pero el tiempo pasa y llega ese momento, en el cual se da un salto de conciencia y en muchos de los casos surgen las presiones e inseguridades, algunas en el núcleo íntimo o familiar, pero también social.

Ya que existe un inconsciente social colectivo femenino en el cual está estipulado que la mujer entre los 20 y 35 años, debe casarse, formar familia y tomar las riendas del matriarcado.

Lentamente la mujer empieza a sentirse diferente, inferior y desvalorizada, porque el papel principal que la sociedad ha creado para ella como mujer «madre –ama de casa– matriarca de una familia» no están siendo cumplidos.

Ahí inicia la semilla para un mioma, que no es más que la manifestación de un conjunto de sentimientos negativos que hieren su centro femenino, el centro que generará la vida de un bebé, preparando así un terreno para recibir un mioma que de forma inconsciente ocupa el mismo lugar que un bebé.

Este mioma es el refugio de todos sus sentimientos de desvalorización como mujer, es su nuevo hogar.

Resentimiento, miedo, culpa, tristeza, abuso, etc., forman una masa de desvalorización que en su edad fértil se instala en su útero, porque la mujer se siente incapaz de generar o dar vida.

En este caso no está relacionado únicamente con engendrar una nueva vida, sino con dar vida y crear aquello que siempre ha querido.

De la mano de la desvalorización vienen la sumisión y el abuso, pues, ya que ella no consigue generar nada, deja que su pareja o personas de su ámbito familiar o laborar abusen psico-emocionalmente de ella, siendo la mujer sumisa a su propia desvalorización.

Además es importante acrecentar que muchas mujeres no inician su vida sexual como desearían.

Pierden la virginidad por el sentimiento de sumisión al miedo de perder a su pareja, a la que creen que aman incondicionalmente.

Por ello, muchas veces las mujeres se aventuran a tener relaciones sexuales cuando no se sienten preparadas, creando un trauma y patrón energético de desvalorización y sumisión, que aumenta un terreno uterino fértil para generar un mioma.

Estas situaciones son muy comunes en la actualidad ya que la mujer todavía vive sobre una gran presión de la sociedad y del hombre, que en la mayoría de los casos espera que una mujer sea una súper mujer encargada de ser esposa, amante, madre, hija, ama de casa y muchas otras connotaciones dependiendo de la cultura y educación.

De forma inconsciente, muchas de ellas, quedan estancadas en un patrón de desvalorización, sumisión y pérdida de su verdadera identidad femenina.

Identidad que alimenta y equilibra el centro energético de su útero.

El útero y todas sus cualidades femeninas de creación, debe ser cuidado como un órgano de vital importancia para todas las hembras del planeta.